Empezó a caminar. No se encuentra con mucha nieve. Iba a buen ritmo pero ya cerca del refugio se encuentra con la raza de los humanos que le dicen que no han podido pasar del refugio debido a la nieve polvo acumulada. El de momento confía en que si madruga al siguinte día esa nieve estará más compacta pero también sabe que las previsiones metereológicas no son buenas pero el es un pingüino y sabra superarlas...
El se entretiene leyendo dentro de la lata de sardinas que es el refugio. Viento, mucho viento. La nieve se empieza a acumular. En 30 km. no hay ningun humano a su alrededor. Come los panellets que había traído. Disfruta de la dulzura. Nieva, nieva y nieva...
Mira el termómetro.... joder -10º C. Se pone toda la ropa. Cena y va a dormir. Escucha ruídos. Algún ser vivo quiere entrar en el refugio. Golpea la puerta, la araña, corre alrededor... piensa que puede ser el monstruo Yeti pero sabe que no... será algún zorro o rebeco que conoce el refugio para esas noches de nieve.... decide continuar durmiendo... el animalillo ya se cansará de dar vueltas. Se duerme pero se despierta. Hay algo dentro del refugio... algo se mueve por donde ha dejado la comida... pero prefiere dormir.
Se depierta por la mañana... mira por la puerta y nieva, nieva, nieva...
Otra vez más sin hacer cima... decide desayunar y sorpresa algún roedor ha mordisqueado su comida. Ya ves, sin comida. El pingüino piensa que puede hacer. Quedarse hasta que pare la nevada o bajar para abajo tirando de gps y cierto sentido de la orientación que ha desarrollado. Quedarse en el refugio un día mas no le motiva... frío, comida mordisqueada y chupar agua congelada. Así que tira para abajo... tarda siete horas en bajar lo que le costó tres horas en subir... siete horas totalmente concentrado en su caminar... solo existía en ese momento un pingüino y la bajada por los resaltes de la Vall de Mulleres. Volverá el próximo año, tal vez. No lo sabe. El pingüino en su maravillosa lata de sardinas:
Nos veremos pronto con nuevos horizontes...